lunes, 8 de octubre de 2012
Cinema Paradiso
- Márchate, esta tierra está maldita. Mientras permaneces en ella, te sientes en el centro del mundo, te parece que nunca cambia nada. Luego te vas, un año, dos, y cuando vuelves todo ha cambiado. Se rompe el hilo conductor. No encuentras a quien querías encontrar, tus cosas ya no están. Has de ausentarte mucho tiempo, muchos años, para encontrar a tu vuelta a tu gente, la tierra donde naciste. Pero ahora no es posible. Creo que estás más ciego que yo.
- ¿Quién dijo eso? ¿Gary Cooper? ¿James Stewart? ¿Henry Fonda?
- No, Toto. Eso no lo dijo nadie. Esto lo digo yo. La vida no es como la has visto en el cine. La vida es más difícil. Márchate. Regresa a Roma. Eres joven ¡El mundo es tuyo! Yo ya soy viejo. No quiero oírte más, sólo quiero oír hablar de ti.
No puedo decir que esta sea mi escena favorita, hay tantas...Pero sí que es uno de los diálogos que más me gustan.
Cinema Paradiso. 1988. Dirigida por Giuseppe Tornatore.
El pequeño Toto vive fascinado por el cine y todo lo relacionado con éste. Su pasión se vuelve necesidad vital cuando se hace amigo del viejo proyeccionista del Cinema Paradiso, Alfredo, quién le enseña el oficio y le regala los trozos de película que se han tenido que recortar por orden del censor del pueblo. Una noche, durante una proyección, el Cine Paradiso se incendia y Alfredo se queda ciego. No obstante, puede seguir realizando su oficio con la ayuda del niño, quién se convertirá en el nuevo proyeccionista más adelante.
Un film entrañable que retrata una época, los años cincuenta, donde el cine le daba vitalidad a todo el pueblo, convirtiéndose en el centro de las historias, de las ilusiones y de todo. Aunque hay muchas (pero muchas) cosas que me gustan de la película, me quedo con Philippe Noiret, que interpreta a un adorable y bonachón Alfredo, y con el Toto pequeño, pícaro y espabilado, y con todos los niños que crecieron y vivieron en el Cinema Paradiso, muy al estilo de Los cuatrocientos golpes, de Truffaut.
Tampoco se puede pasar por alto la música de Ennio Morricone, el grandioso compositor italiano de Spaghetti western (y de muchísimas otras películas de todos los géneros).
Sé que siempre digo lo mismo, pero si alguna vez tuviese que imponer mi palabra, lo haría ahora. Hay que ver esta película. Alfredo tiene que vivir en el corazón de todos, igual que el Cinema Paradiso.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Gracias por ilustrar tu blog con mi película favorita. Aunque el pequeño Totó es entrañable, Marco Leonardi haciendo de Totó adolescente es un actor tan apuesto como misterioso. Lo que me lleva a hablar de mi otra película favorita a la que no deberías de dejar de dedicarle una entradita: Como Agua para Chocolate.
ResponderEliminar¡Es cierto! Marco Leonardi encarna a la perfección el camino hacia la madurez de Totó (y sí, realmente apuesto y misterioso...) ¡Me encanta que sea tu película favorita! Está claro, Como Agua para Chocolate ya tiene apalabrada una de mis próximas entradas ¡Te lo prometo!
Eliminar